19 nov 2007

ESPECIES EN EXTINCIÓN

Más de 20 especies de animales están al borde de la extinción en Andalucía en 2006.- De las 180 especies de vertebrados que sufren algún tipo de amenaza en Andalucía, 23 de ellas están catalogadas como especies "en peligro crítico" de extinción por lo que tienen un gran riesgo de desaparecer en un plazo corto de tiempo, según publicó el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados en Andalucía, elaborado por la Consejería de Medio Ambiente
Dichos datos destacaron seis especies de mamíferos "en peligro crítico", entre los que no aparece el lince ibérico citado sólo como especie en peligro, (algo extraño, dada la situacion del lince ya que es una categoría inferior dentro del riesgo de extinción) y en cambio sí señalaron otras como el lobo, la foca monje del Mediterráneo, el delfín común, la ballena de los vascos, el murciélago patudo y el topillo común. En el caso del lobo, su principal amenaza es la elevada mortandad relacionada con el hombre, sobre todo la ocasionada por la guardería de fincas privadas para prevenir supuestos daños a las especies cinegéticas. Aunque en la década de los 90 se detectó una leve recuperación de la especie en la comunidad andaluza, se estima que no debe haber más de 50 ejemplares repartidos en la zona que va de desde la cuenca del Yeguas, en Córdoba, hasta Despeñaperros; y al norte de la loca localidad cordobesa de Hornachuelos.
La foca monje puede darse casi por extinta a nivel regional, ya que sus visitas a las Islas Chafarinas y Alborán son cada vez más esporádicas. A finales de 2002, la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, viajó a Grecia con la intención de firmar un convenio para reintroducir, en la zona oriental de Andalucía, ejemplares procedentes de la capital griega, a cambio de proporcionar ciervos a dicho país, pero desde entonces, la consejería no volvió a informar sobre dicho acuerdo.
El delfín común y la ballena de los vascos son otros de los mamíferos que recogió el Libro Rojo en el apartado de "peligro crítico" y aunque se desconoce el número de ejemplares que existe, hay constancia de que sufrieron una alarmante disminución en los últimos años, ya que su presencia en las costas andaluzas se limita a esporádicos avistamientos de algún ejemplar. La situación del murciélago patudo es también poco esperanzadora debido, sobre todo, a su principal amenaza que es la molestia que sufren por las visitas que acceden a los refugios en los que habitan y su dificultad para encontrar nuevas guaridas. Según fuentes de la Estación Biológica de Doñana, el objetivo más urgente, ante esto, es poner en práctica medidas de conservación de los refugios de los que se tiene constancia y en este sentido, destacaron los convenios entre la Estación Biológica de Doñana y la Consejería de Medio Ambiente para inventariar los refugios de murciélagos cavernícolas en Andalucía y llevar a cabo medidas correctoras. El último de los mamíferos en peligro "crítico", según el Libro Rojo, es el topillo de Cabrera, especie endémica de la Península Ibérica, que se extiende por puntos aislados de Sierra Nevada, Sierra de Cazorla y estribaciones de las Sierras Subbéticas y cuyos núcleos poblacionales conocidos han ido despareciendo en el último cuarto de siglo.

Aparte de los mamíferos, la Consejería de Medio Ambiente señaló otros grupos amenazados, de los cuales el más numeroso fue el de las aves, en el que 12 especies alcanzaron la situación de "peligro crítico", entre ellas, destacó el águila Imperial Ibérica de la que apenas hay contabilizadas 25 parejas repartidas por Doñana y Sierra Morena Central y Oriental; aunque no menos preocupante fue la situación de otras aves de presa como el milano real que, en diez años, sufrió una reducción de más del 50 por ciento de su población o el alimoche común, un pequeño buitre que disminuyó en más del 40 por ciento
Dentro de las aves acuáticas, el Libro Rojo presentó hasta seis especies "En peligro crítico", entre las que destacó el caso del avetoro común que no se reproduce en Andalucía desde 1992, cuando a principios del siglo XX era reproductor abundante; al igual que la cerceta pardilla que era el pato más prolífico en las Marismas del Guadalquivir y actualmente, su presencia se reduce a menos de 20 parejas.

Por su parte, la garcilla cangrejera pasó de 450 parejas a no más de 100 en 15 años, al igual que el fumarel común, una golondrina de mar que cría en las Marismas del Guadalquivir, y que en sus mejores temporadas no superó las 45 parejas; o el porrón pardo y la focha moruna, especies de las que apenas quedan unos pocos pares de ejemplares que se reproducen irregularmente. Dentro de las aves esteparias, el catálogo distinguió al torillo andaluz, parecido a una codorniz, que dejó de verse por las zonas de Huelva y Cádiz que siempre habitaba, por lo que se estima que está próximo a la inminente extinción, y la avutarda común que no alcanzó los 250 ejemplares repartidos principalmente por la Campiña de Carmona (Sevilla) y por Córdoba, a excepción de algún caso puntual en La Janda (Cádiz).

Entre las aves marinas, la consejería sólo citó una especie "en peligro crítico", el cormorán moñudo del que se calcularon no más de 20 parejas por Isla de Terreros y Cabo de Gata, en Almería, y algún caso puntual en Gibraltar. El motivo del reducido número de especies marinas en Andalucía es que, pese a contar con dos mares, escasea de lugares apropiados para la reproducción de este tipo de aves, como altos cantiles o islotes apartados.

En el grupo de los peces, que es otro de los amenazados, subrayó el caso del esturión, del que no se tiene constancia desde 1992, cuando se capturó el último; y en no mejor situación, otras especies, menos conocidas fuera del ámbito de los expertos, como la Bogardilla, el Fartet y el Fraile que, por lo general, están en dramática regresión. En el apartado de los reptiles, únicamente el lagarto verdiblanco, que se extiende por zonas puntuales de Sierra Morena y del que se calculó una población muy reducida.

Además de estas 23 especies "en peligro crítico", el Libro Rojo de la Consejería de Medio Ambiente, distinguió 32 "en peligro", es decir, su situación no es crítica pero sufren, a corto plazo, un gran riesgo de extinción en estado silvestre; 55 en situación "vulnerable", cuando el riesgo es a medio plazo; 32 en "riesgo menor", cuando no presentan el riesgo de las categorías anteriores; y cuatro "en peligro extinto", cuando el último individuo de la especie, a nivel regional, ya ha muerto. Las otras 34 especies que completan las 180 que presentan algún tipo de amenaza, están en la categoría de "datos insuficientes", ya que se carece de la información necesaria para su clasificación.

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