Un universo (seguro?) y sólo un planeta, que se conozca, con vida. Un antepasado común. Una célula y ya hablamos de un ser vivo. De seres minúsculos, unicelulares, aunque no sabia que lo eran, entendia mucho Anton van Leeuwenhoek , que hace 290 años nos dejó para siempre.
Pero mañana es 2.¡vaya!
No hay comentarios:
Publicar un comentario